
El consejero para la Paz de Norte de Santander, Luis Fernando Niño, lamentó profundamente los hechos y expresó su preocupación por el impacto que esta violencia tiene sobre la población civil. “Es urgente que el Gobierno Nacional active las mesas de diálogo con estas organizaciones y las haga responsables de cualquier situación de conflicto que se pueda dar en la región del Catatumbo”, destacó Niño. El funcionario también advirtió sobre la posibilidad de desplazamientos forzados y otros riesgos humanitarios que podrían derivarse de la prolongación de los enfrentamientos.
Además, se ha conocido que ambos grupos armados han estado reteniendo a familiares de disidentes de sus respectivas filas, lo que agrava aún más la crisis en la región. El consejero señaló que, si bien se habla de al menos cuatro muertos, el número real podría ser mucho mayor. Las autoridades temen que, en los próximos días, los enfrentamientos escalen, con consecuencias devastadoras para las comunidades locales.
Niño hizo un llamado a las dos organizaciones armadas para que respeten la tregua que habían pactado anteriormente, e instó al gobierno a garantizar que se retome el camino del diálogo. “A pesar de los avances en la búsqueda de la paz, la violencia no cesa y este conflicto parece condenar a la región a seguir viviendo en un ciclo de sufrimiento”, concluyó.
La situación en el Catatumbo sigue siendo crítica y está generando una creciente preocupación tanto a nivel nacional como internacional. La comunidad internacional ha expresado su solidaridad con las víctimas y ha instado a las partes a retomar los diálogos para evitar una mayor escalada del conflicto.