
En sus casi 12 años de papado, el primer latinoamericano en ocupar el trono de san Pedro realizó 47 viajes apostólicos y visitó 66 países, entre ellos Colombia, del 6 al 10 de septiembre del 2017.
Luego de llegar al aeropuerto militar de Catam, el obispo de Roma se desplazó en su tradicional papamóvil hacia la Nunciatura Apostólica de Bogotá, en donde se dirigió por primera vez a los colombianos:
“Muchas gracias, por la alegría que tienen, muchas gracias por el esfuerzo que han hecho, muchas gracias por el camino que se han animado a realizar, y eso se llama heroísmo. Hasta los más chicos pueden ser héroes, los más jóvenes, cuando vienen engañados o se equivocan, se levantan y son héroes y van adelante. ¡Sigan adelante! ¡Sigan adelante, así! No se dejen vencer, no se dejen engañar, no pierdan la alegría, no pierdan la esperanza, no pierdan la sonrisa, ¡sigan así!”.
Luego, el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano bendijo a los colombianos y se unió a ellos en oración, con el Ave María, para insistir en su mensaje de heroísmo, antes de instalarse, y, como solía hacer, pedir a otros que lo incluyeran en sus plegarias:
Papa Francisco: Muchas gracias por la valentía y por el coraje, no se dejen robar la alegría ¿Qué es lo que no se tienen que dejar robar?
Niños en la Nunciatura: ¡La alegría!
Papa Francisco: Que nadie se las robe, que nadie los engañe, no se dejen robar la esperanza, ¿Qué es lo que no se tienen que dejar robar?
Niños en la Nunciatura: ¡La esperanza!
Papa Francisco: La alegría y la esperanza. Todos!
Niños en la Nunciatura: ¡La alegría y la esperanza!
Papa Francisco: ¿Y les puedo pedir un favor? que recen por mí, ¿lo van a hacer?
Niños en la Nunciatura: ¡Si!
El mundo despide al papa Francisco, fallecido a los 88 años:
El papa Francisco, líder de la Iglesia católica y figura emblemática del cristianismo en el siglo XXI, falleció este lunes de Pascua a los 88 años, en su residencia de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. Según informó el cardenal Kevin Farrell, el deceso ocurrió a las 7:35 de la mañana, hora local. “Queridos hermanos y hermanas, con profunda tristeza debo anunciar el fallecimiento de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró Farrell a través del canal de televisión del Vaticano. La noticia ha conmocionado a millones de fieles en todo el mundo, que recuerdan su legado como el primer papa argentino y su incansable labor en favor de los más necesitados.
El comunicado oficial que leyó el cardenal Farrell destacó que la vida del pontífice estuvo marcada por su dedicación al servicio de Dios y de la Iglesia: “Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados”. Y asimismo, pidió encomendar el alma de Francisco “al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”, en un mensaje que refleja profundo respeto y admiración por el pontífice.
El estado de salud del papa Francisco se había deteriorado significativamente en los últimos meses. El pontífice fue ingresado el pasado 14 de febrero debido a una neumonía bilateral que se complicó con crisis respiratorias, insuficiencia renal y una infección polimicrobiana. Durante su hospitalización, requirió transfusiones de sangre para tratar una anemia severa, así como oxígeno suplementario para facilitar su respiración. Estas complicaciones médicas reflejaron la fragilidad de su estado físico, que ya había sido motivo de preocupación en años recientes.
A pesar de su delicada salud, Francisco continuó cumpliendo con sus deberes pastorales hasta el último momento. Su última aparición pública tuvo lugar este domingo de Resurrección, 21 de abril, cuando se dirigió a los fieles desde el balcón de la logia central de la basílica de San Pedro para impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi. En esa ocasión, el papa condenó la “carrera de rearme” y realizó un llamado a la paz mundial, al desarme global y a la liberación de los prisioneros. Posteriormente, recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil, saludando a los miles de fieles congregados para celebrar la Pascua.
Durante su breve intervención desde el balcón, el papa Francisco, visiblemente debilitado y en silla de ruedas, se dirigió a los presentes con un hilo de voz: “Queridos hermanos y hermanas, buena Pascua”. Estas palabras, aunque simples, resonaron entre los fieles, que lo recibieron con aplausos y expresiones de júbilo. Horas después a su aparición, Francisco sostuvo un breve encuentro en la Casa Santa Marta con el vicepresidente de Estados Unidos, James David Vance, en la que sería su última reunión oficial. Con Infobae