Parece casualidad, pero creo que es más bien causalidad, que casi de manera simultánea se hayan anunciado en dos festivales vallenatos del país, distantes el uno del otro, sendos homenajes que tienen un común denominador: el apellido Romero. En ambos se le rendirá homenaje a Israel Romero Ospino, el nieto de Rosendo Romero Villareal, hijo de Escolástico Romero y Ana Antonia Ospino, más conocida como “La Vieja Nuñe”, quien ostenta el título de Mejor Acordeonero del Mundo.
El Festival de la Leyenda Vallenata anuncia que en su versión 59 rendirá homenaje a Israel Romero y Rafael Orozco, es decir, al Binomio de Oro, esa agrupación musical que le dio un viraje y nuevo aire al vallenato de mediados de los años 70. De otra parte, un festival vallenato muy joven del interior del país, como lo es “Panche de Acordeones”, de Nocaima, Cundinamarca, anuncia también que su versión No. 10 será en homenaje a la dinastía Romero: Israel, Rosendo, Norberto, Misael, Rafael y Limedes, esa gran familia de músicos nacidos en Villanueva, La Guajira.
¿Quién puede cuestionar que los nombres de Rafael Orozco e Israel Romero tienen un sitial de honor en nuestra música vallenata? Ellos, estando muy jóvenes y desde la ciudad de Barranquilla, le dieron un vuelco a lo que hasta el año 1976 se conocía como música vallenata. Ya Alfredo Gutiérrez y otros revolucionarios como Calixto Ochoa y Aníbal Velásquez habían pateado la mesa de la estructura del vallenato raizal.
Precisamente fue en Barranquilla donde bautizaron de “yuca” al vallenato, como una forma despectiva de llamar “ordinario” a un género musical de la provincia. Israel y Rafael le cambiaron la cara a nuestra música y le dieron un toque juvenil, no solo a la vestimenta, sino también al sonido y a las letras del vallenato. Con esa nueva imagen y sonido, el vallenato se abrió paso en el interior del país, en la juventud y en otras latitudes sociales, pero también a nivel internacional. Por eso, este homenaje que se hará al Binomio de Oro en el Festival Vallenato del 2026 es más que merecido.
Yo sé que al hacer este anuncio, la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata revive la eterna polémica del esperado homenaje al tres veces Rey, Alfredo Gutiérrez. También soy consciente de que muchos estarán comparando los méritos de otros acordeoneros, cantantes y compositores que también podrían ser homenajeados. De lo que sí no puede quedar duda es que Valledupar estaba en deuda con Rafael Orozco y también con Israel, por lo que hicieron por nuestra música. Incluso me atrevo a decir que no es suficiente este homenaje: faltan esculturas, parques y calles que lleven su nombre. Solo así se reconoce la gloria que nos han dado.
Por mi parte, felicito a los organizadores del Festival Panche de Acordeones, de Nocaima, Cundinamarca, que congregarán a esas figuras de la dinastía Romero del 7 al 9 de agosto próximo, para que nos deleitemos con las notas heredadas del viejo Rosendo y los hermosos poemas convertidos en éxito del nuevo Rosendo. Si Dios me da vida y salud, yo no me pierdo ese espectáculo.
Colofón: Confirmado el conversatorio “Río Guatapurí más allá de la Línea Negra”, organizado por Asoverso y concertado con el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, apoyado por la Alcaldía de Valledupar y la Gobernación del Cesar. Han sido invitados los ministros de Trabajo, Ambiente, Educación y Cultura. Este importante evento hace parte del festival Un Canto al Río y se realizará en el auditorio principal de la Universidad Popular del Cesar el próximo 29 de agosto a las 8 a. m.
Por: Jorge Naín Ruiz Ditta.
