El representante a la Cámara por el Centro Democrático Andrés Forero rompió su silencio una semana después del asesinato del senador Miguel Uribe, con quien compartió vida política y personal durante los últimos años.
En conversación con El Colombiano, el congresista manifestó su preocupación por la falta de garantías de seguridad para la oposición y advirtió que el crimen de su compañero no puede ser minimizado.
Forero aseguró que la muerte de Uribe generó un vacío profundo en el partido y entre sus allegados, tanto en el plano humano como en el político.
Según relató, consideraba al senador como uno de los dirigentes más talentosos de su generación, un político con capacidad de combinar el debate académico de alto nivel con el trabajo en las calles y, además, alguien reconocido por su integridad y honestidad.
El representante recordó que conoció a Uribe hace más de una década en el Concejo de Bogotá, cuando este ocupaba la Secretaría de Gobierno.
Aunque en ese entonces no entablaron una relación estrecha, la cercanía se consolidó en años recientes, especialmente cuando hicieron fórmula conjunta para el Congreso y cuando sus familias comenzaron a compartir espacios cotidianos.
Esa amistad derivó en respaldo político mutuo, incluida la aspiración presidencial de Uribe, en la que Forero tuvo un papel activo.
Sobre el día del atentado, Forero explicó que acompañó al senador únicamente en un evento de la mañana, pero no en la correría de la tarde, donde finalmente ocurrió el ataque. Desde fuera de Bogotá se enteró de lo sucedido.
El congresista afirmó que dentro del partido existía un temor latente por la forma en que, a su juicio, el presidente Gustavo Petro se ha referido en distintos escenarios a sus opositores, lo que a su entender incrementaba los riesgos de seguridad.
Recordó que Uribe había solicitado en repetidas ocasiones la ampliación de su esquema de protección ante la Unidad Nacional de Protección (UNP), sin obtener una respuesta favorable.
Forero fue enfático en que este crimen constituye un golpe político y señaló que se trata de un magnicidio que debe asumirse con toda su gravedad.
Considera que el Gobierno tiene la responsabilidad de ofrecer garantías plenas a la oposición, pues la Constitución le asigna al jefe de Estado el papel de figura unificadora.
Según expuso, tras la muerte de Uribe existe desasosiego por la posibilidad de que se repitan hechos similares en el marco de la campaña electoral.
En cuanto a los rumores sobre la posibilidad de que él asuma la candidatura que dejó vacante su compañero, el congresista expresó que esa decisión corresponde primero a la familia de Uribe y luego al partido, por lo que se ha abstenido de hacer pronunciamientos en ese sentido.
Tampoco descartó que en el futuro se evalúen alianzas interpartidistas, pero aclaró que estas se darían solo después de que el Centro Democrático defina su propio precandidato.
El representante reconoció que la coyuntura ha abierto interrogantes dentro de la colectividad, pero también insistió en la necesidad de mantener la unidad y de no permitir que la violencia silencie a la oposición.
En sus palabras, Colombia enfrenta un momento de polarización en el que la labor política debe desarrollarse sin temor, pero con la convicción de que la institucionalidad debe ofrecer las garantías necesarias.
Finalmente, Forero sostuvo que el asesinato de Uribe tiene un trasfondo político y que su impacto se suma a lo que el partido considera un tratamiento injusto en materia judicial hacia el expresidente Álvaro Uribe.
Ambos hechos, dijo, han sido percibidos dentro de la colectividad como golpes simultáneos a la oposición. Con Infobae
