Nuestra música y también nuestra cultura vallenata en general tiene una característica única, y es que, a muchos de sus protagonistas los conocemos más por sus obras o por sus apodos que por sus nombres de pila.
En La Guajira y en el Cesar priman los cariñosos apodos que surgen desde la niñez y se van con uno a la tumba. Chiche, Popo, Juancho, Pacho, El Cacha, La Kuki, El Nene, La Negra y tantos otros son pronombres cariñosos que solo empleamos en la región y que además de enriquecer nuestro lenguaje suelen ser más queridos, incluso por ellos mismos, que los nombres con los que fueron bautizados.
En Villanueva, La Guajira, nació por allá a finales de la década de los 50, un muchacho al que bautizaron en la iglesia Juan Alberto Acosta Escobar y apodaron “El Cacha”, quien codeándose desde niño con músicos como los hermanos Zuleta, Beto Zabaleta, Marcos Díaz, Beto Murgas, Rafael Manjarrez, “Pacho” Rivera, especialmente en el Colegio Roque de Alba, se convirtió en un muy buen compositor al que le han grabado muchos de los grandes.
Al “Cacha” le han grabado Villazón, Los Zuleta, El Binomio, Silvio Brito, Zabaleta y muchos otros artistas de gran nivel. Sin embargo, hace parte de ese grupo de compositores vallenatos, que no son pocos, que, por alguna razón, la importancia que tienen en el folclor solo se la damos aquellos que también hacemos parte del gremio o que nos dedicamos a estudiar o a escribir sobre esta cultura.
Otra de las causas por las cuales, tal vez, al “Cacha” no se le conoce más en el ámbito nacional, a pesar de la calidad de su música, puede ser porque él es uno de los tantos que no se ha dejado permear por los embelecos de la modernidad que llevan al compositor a cambiar su estilo al ritmo de vaivenes sociales y al gusto de cada generación. Este villanuevero tradicional se ha sostenido persistente e insistente en su estilo clásico y en el vallenato auténtico.
Pero lo que más me ha llamado la atención de este señor compositor y gran amigo de sus amigos, es que algún día dijo: “Si los artistas de ahora no quieren grabar mis canciones porque estas no dicen lo que ellos quieren que diga o no tienen las melodías de moda, pues yo mismo haré trabajos musicales con mis amigos”, y ya lleva cuatro en los que cantan y tocan grandes figuras de nuestra música.
Como dice el amigo y maestro Rafa Manjarrez en un saludo al “Cacha”, en su nuevo álbum: “Por lo que veo la hiciste boja, manito”. Efectivamente, “El Cacha” Acosta acaba de sacar su cuarto álbum con siete canciones de su autoría que me dejó gratamente impresionado y que es un “Bocato di cardinale” para coleccionistas y amantes del buen vallenato. Allí se lució, como siempre, el rey de reyes Almes Granados y cantaron Junior Santiago, Otto Serge, Silvio Brito, Ivo Díaz, José Fuentes y Rafa Manjarrez. “El Cacha” Acosta persiste con sus hermosas canciones con las que provoca parrandear.
Colofón: Lo que nosotros llamamos festival vallenato no es otra cosa que concursos de acordeón, canciones, piqueria y canto. En todo concurso o competencia hay ganadores y perdedores. Nuestros festivales están en una absoluta crisis de credibilidad, la corrupción en todas sus modalidades los tiene al borde del abismo, casi a todos se les acusa de clientelistas o localistas. Solo los ganadores hablan bien de los resultados. El jurado nunca acertará para los perdedores. ¿Qué hacemos para reinventarnos los festivales?
Por: Jorge Naín Ruiz.
