Para el caso de acordeoneros y acordeoneras, una recomendación o consejo que no falta es que debe foguearse y adquirir cancha participando en el mayor número de festivales posibles. En el caso de los niños y niñas, son los padres quienes tienen la misión de llevarlos, acompañarlos, costear viáticos y vivir con ellos todos los sentimientos de alegría y frustración que producen ganar o perder.
Cuando nuestros hijos participan en los concursos, para nosotros siempre serán los mejores y a los demás les encontramos más errores que a los nuestros. He visto todo un núcleo familiar en un festival, dedicado a apoyar, hacerle barra e, incluso, algunos llegan a generar intrigas, polémicas, enfrentamientos y hasta negociaciones “non sanctas”, con tal de que sus pupilos sean los ganadores.
Esto no solo sucede con los acordeoneros y acordeoneras. Ahora que ya algunos festivales han creado el concurso de canto infantil o juvenil, se da de la misma manera con quienes aspiran a ser nuestras figuras del canto vallenato. Algo grave que viene ocurriendo es que algunos padres, en el afán de que sus hijos sean ganadores y puedan alcanzar el éxito más rápidamente, promueven y realizan actos de corrupción a fin de alcanzar este propósito. Y lo peor es que muchos lo hacen sin recato frente a sus propios hijos. ¿Qué esperamos de esas personas en el mañana?
Son tantas las dificultades y tropiezos por los que hay que pasar para llegar a ser un artista exitoso, que el cantante y el acordeonero, en sus inicios de la conformación de un grupo musical, en la mayoría de los casos, cuando se realizan los ensayos, tienen que contribuir con algunos gastos de sonido, locación, alimentación y hasta transporte de músicos acompañantes.
Los líderes de los grupos musicales vallenatos, cantante y acordeonero, son quienes asumen la responsabilidad económica y logística en los emergentes grupos musicales. En alguna ocasión le escuché decir a alguien que en las agrupaciones vallenatas deberían ganar todos los músicos por igual. Esta es la principal razón por la que en la nómina de un conjunto vallenato existan tarifas diversas y también diferencias grandes entre lo que ganan los cantantes y acordeoneros y lo que ganan sus acompañantes.
Son muchos y muy buenos los grupos musicales vallenatos emergentes que hay en ciudades como Barranquilla, Santa Marta, Valledupar —por solo mencionar tres—, que muchas veces regalan sus presentaciones solo para darse a conocer, pagan grabaciones de audio y video y, en buena parte, es al cantante y acordeonero a quienes les corresponde asumir esos gastos de su propio peculio.
En fin, para llegar al “curubito” de la fama, el camino es largo y culebrero, como decimos coloquialmente. Aunque a algunos se les aparece la Virgen y los conduce más fácilmente, pero estos son muy pocos.
Colofón: Por muchos factores, el canto femenino vallenato se ha disparado en la última década y hemos observado en concursos de canto infantil que se presentan más niñas que niños. Aprovecho para recomendarles a los padres de esas niñas con tanto talento y calidad que continúen apoyándolas, pero que no se olviden de que la vestimenta y presentación personal debe ser acorde con su edad.
Por: Jorge Naín Ruiz Ditta.
